Compasión en la Terapia de las Disfunciones Sexuales

Desde una perspectiva funcional de la evolución, los fundamentos teóricos, principios e intervenciones terapéuticas de la CFT permiten una formulación flexible y coherente, y una intervención útil y adecuada para abordar las dificultades sexuales. La CFT constituye un proyecto novedoso y relevante, que se integra de forma armoniosa y coherente con los enfoques existentes en el ámbito de la Terapia Sexual.

La Terapia Centrada en la Compasión (CFT) permite formular de forma novedosa y plantear estrategias de tratamiento útiles y apropiadas para mitigar el malestar asociado con las disfunciones sexuales y favorecer, de este modo una vida sexual satisfactoria.

Asimismo, la CFT constituye un proyecto novedoso y relevante, que se integra de forma armoniosa y coherente con los enfoques existentes en el ámbito de la Terapia Sexual.

Terapia Centrada en la Compasión (CFT) y disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales pueden ocasionar problemas en la relación de pareja, vergüenza, falta de confianza en uno/a mismo/a, ansiedad y depresión. Al mismo tiempo, la vergüenza y el estigma relacionados con las dificultades sexuales pueden inhibir la búsqueda de apoyo profesional.

La CFT se ha utilizado cada vez más en una variedad de dificultades entre las que se incluyen: depresión (Gilbert et al., 2004), trastorno bipolar y psicosis (Heriot-Maitland et al., 2014), trastornos alimentarios (Goss y Allan, 2010) y dolor persistente (Penlington, 2018). Asimismo, una revisión sistemática evidencia la eficacia de la CFT para personas con elevada autocrítica (Leaviss y Uttley, 2015).

En lo que respecta a las dificultades sexuales, la CFT:

  • Proporciona una forma normalizadora y coherente de formular las disfunciones sexuales que, en sí misma puede ser terapéutica.
  • Permite un enfoque de formulación individualizado.
  • Trabaja de forma directa con la vergüenza y la autocrítica, examinando en detalle la manifestación y la función del crítico interior (Andersen y Rasmussen, 2017; Irons y Beaumont, 2017).
  • Puede incluir problemas de salud mental comórbidos y permitir, de este modo, un plan de tratamiento coherente y conjunto para las dificultades sexuales y mentales.

El estudio de Vosper, Irons, Mackenzie-White, Saunders, Lewis y Gibson (2021) describe el modo en que la teoría y la práctica pueden utilizarse para entender, formular y tratar las dificultades sexuales.

A continuación, presentamos los fundamentos teóricos, las competencias compasivas y las posibles aplicaciones de la CFT en la Terapia Sexual.

La evolución del cerebro humano

La CFT utiliza la teoría de la evolución (la forma en que nuestros cerebros y cuerpos han evolucionado) para normalizar y explicar las dificultades que experimentamos en diversos ámbitos de la vida, incluyendo el sexual. Así:

  • La incorporación de las nuevas áreas frontales del cerebro humano implica que los pensamientos, imágenes, preocupaciones y recuerdos internos pueden desencadenar respuestas emocionales en ausencia de amenazas externas reales. A modo de ejemplo, preocuparse porque el sexo salga mal antes incluso de estar en una situación real.
  • Los bucles pensamiento-emoción. En el caso de las disfunciones sexuales, la capacidad humana para crear representaciones, significados o ideales sobre el sexo (cerebro nuevo) pueden activar o desactivar áreas cerebrales más antiguas. Así, la preocupación sobre la forma del cuerpo o sobre si la pareja está disfrutando puede desactivar la excitación sexual (Gilbert, 2009b).
  • El conflicto entre motivos (Gilbert, 2015a). En el contexto de una disfunción sexual, dos motivos del cerebro antiguo pueden entrar en conflicto. A modo de ejemplo: un fuerte impulso de conectar con la otra persona o reproducirse puede entrar en conflicto con una fuerte reacción de miedo/ansiedad al sexo (si anteriormente hubo dificultades sexuales que desencadenaron sentimientos de vergüenza o trauma sexual). Asimismo, los motivos del cerebro antiguo también pueden entrar en conflicto con los motivos del cerebro nuevo, como es el caso del impulso de conectar con otra persona o reproducirse, y la castidad religiosa o no tener relaciones prematrimoniales.
  • La complejidad de las motivaciones humanas para el sexo. Mientras que otras especies utilizan el sexo para la procreación, establecimiento de vínculos y placer, en el caso de los humanos (cerebro nuevo o pensante), un estudio identificó 237 razones como motivadoras del sexo (Meston y Buss, 2007). Entre ellas, destacan las razones sociales (vinculación, poder, venganza y protección de la pareja), además de las razones relacionales, espirituales o las que sirven simplemente para pasar el tiempo.

De este modo, la CFT posibilita reducir la vergüenza, desmitificar experiencias sexuales comunes y favorecer el cambio, siempre que exista el deseo de comprometerse con una acción al respecto.

Mentalidades sociales

La teoría existente sobre las disfunciones sexuales ha puesto de manifiesto la dificultad especial con la que se encuentran los seres humanos, para mantener relaciones a largo plazo que requieren desempeñar numerosos roles dentro de la misma relación (por ejemplo: gestionar los roles de amante, conviviente, progenitor y, en ocasiones, compañero/a de trabajo).

La CFT formula la existencia de movimientos entre mentalidades sociales con diferentes motivaciones y diferentes patrones de cogniciones, emociones y conductas.

El modelo de los tres sistemas de regulación del afecto y disfunciones sexuales

Teniendo en cuenta que las emociones han evolucionado para ayudarnos a sobrevivir y mantenernos seguros en entornos difíciles, la CFT plantea que existen tres sistemas emocionales de regulación del afecto (Gilbert, 2009a; Panksepp, 2010) que se activan ante diferentes desencadenantes del entorno:

  • El sistema de amenaza: nos alerta y protege ante las amenazas;
  • El sistema de impulso: nos impulsa a buscar alimento, territorio y oportunidades sexuales; y
  • El sistema de calma-afiliación: promueve el descanso y la digestión, así como los vínculos afectivos (el apego entre padres e hijos o el vínculo grupal) (Gilbert, 2009b, 2014, 2018).

El funcionamiento adecuado implica la interacción flexible entre los tres sistemas. A modo de ejemplo, ante una amenaza (sistema de amenaza activado), la presencia de un cuidador o grupo puede activar la sensación de seguridad (sistema de calma y afiliación activado) y, de este modo, regular a la baja la sensación de amenaza (disminución del sistema de amenaza).

Sin embargo, es posible que un sistema domine al resto, impidiendo de este modo la interacción flexible y equilibrada entre los tres sistemas (Depue y Morrone-Strupinsky, 2005; Gilbert, 2009b; Panksepp, 2004). Así, las personas que experimentan dificultades para crear la sensación de seguridad y satisfacción en las relaciones y, de este modo, regular las amenazas, puedan desarrollar una dependencia del sistema de impulso. A modo de ejemplo: trabajar duro para competir y conseguir metas constantemente (activación y dominio del sistema de impulso) para inhibir al resto de sistemas (sistema de calma-afiliación y sistema de amenaza).

En este sentido, el desequilibrio entre los tres sistemas emocionales de regulación del afecto permite comprender, tanto las dificultades relacionadas con la salud emocional y mental, como las dificultades relacionadas con el sexo.

A continuación, describimos brevemente la influencia de cada sistema de regulación emocional en las dificultades sexuales.

El sistema de impulso

Cuando se habla de impulso sexual, a menudo se hace referencia al deseo espontáneo. En este sentido, cuando se experimentan dificultades sexuales en relación con el deseo, se considera que el sistema de impulso está hiper o hipoactivo.

Desde una perspectiva evolutiva, experimentar un bajo o elevado impulso sexual sería más o menos beneficioso en diferentes momentos. Sin embargo, teniendo en cuenta que la cultura marca el nivel de actividad considerado normal, el bajo impulso-deseo sexual puede causar niveles elevados de malestar (vergüenza y autocrítica) en algunas personas.

CFT y vergüenza relacionada con el impulso sexual

El enfoque terapéutico de la CFT, utilizando como punto de partida la vergüenza, se centra en comprender y reconocer que nuestros sistemas sexuales y emocionales están guiados, en parte por un cerebro que ha evolucionado durante millones de años para ayudarnos a sobrevenir, y no a comportarnos como nos gustaría.

El sistema de amenaza

La amenaza puede promover o inhibir la actividad sexual

Teniendo en cuenta que la evolución nos ha preparado para reaccionar de forma que nos resulte útil en una situación específica, es posible entender que el sistema de amenaza active o desactive el sistema de impulso (promoviendo o inhibiendo la actividad sexual, respectivamente) según el contexto (Wallen, 2001).

A modo de ejemplo, ante una amenaza social (el riesgo de ser excluido por el grupo), una persona puede mostrar su dominio sexual para mantener su estatus; mientras que otra, para mantener su seguridad, puede retirarse y desactivar las respuestas sexuales.

Ansiedad sobre el desempeño sexual

Del mismo modo, la ansiedad sobre el desempeño sexual, junto con la posibilidad de experimentar vergüenza, rechazo y repercusiones sociales (amenazas muy reales para los humanos y otras especies grupales), a través de la activación del sistema de amenaza, puede dar lugar a una respuesta de congelación.

Dificultades sexuales y vergüenza

La vergüenza suele acompañar a las personas que experimentan disfunciones sexuales. El miedo al rechazo (por parte de la pareja) y la pérdida de estatus (entre los amigos), alimentan el sentimiento de vergüenza, favoreciendo de este modo el riesgo de aumentar la ansiedad y/o disminuir el estado de ánimo.

Dificultades sexuales y autocrítica

Las disfunciones sexuales suelen provocar una elevada autocrítica, junto con la sensación de no ser suficientemente bueno, en comparación con los demás (Ayling y Ussher, 2008). De este modo, las personas suelen desarrollar un “crítico sexual interno” relacionado con las dificultades sexuales que incrementa el sistema de amenaza y reduce el disfrute sexual.

CFT, vergüenza y autocrítica

  • La CFT permite comprender y normalizar que una amenaza situacional puede activar o desactivar la excitación y el comportamiento sexual, lo que supone un aspecto importante para las personas que se culpan o juzgan de forma negativa por su funcionamiento y comportamiento sexual.
  • Asimismo, la vergüenza y la autocrítica constituyen aspectos centrales con intervenciones terapéuticas diseñadas específicamente para abordar las dificultades sexuales (Gilbert, 2009a, 2010, 2014).

El Sistema de calma y afiliación

Tanto si las relaciones son cortas como de larga duración, los seres humanos utilizamos el sexo no sólo para la reproducción y transmisión de nuestros genes, sino también para crear vínculos de conexión y afiliación con otras personas (Morris, 1967). Asimismo, la sensación placentera asociada al sexo puede activar un sistema de emociones positivas relacionadas con el sistema de calma y afiliación, aunque diferentes de las emociones positivas procedentes de la activación del sistema de impulso.

CFT y sistema de calma-afiliación en relación con el sexo

A través de una actitud compasiva, la CFT ofrece un modo de integrar la teoría del apego en la formulación de las disfunciones sexuales, con un enfoque práctico que se centra en el sistema de calma y afiliación.

CFT y el Yo Compasivo

La CFT ofrece una forma adicional de cultivar una actitud compasiva, en personas que tienen dificultades para generar sentimientos de calidad y amabilidad hacia sí mismo/as, en lo que respecta a su yo sexual.

Concretamente, la CFT construye gradualmente la compasión, a través del cultivo y desarrollo de competencias de compromiso compasivo psicosexual (no juzgar, tolerancia al malestar, empatía, cuidado del bienestar, sensibilidad y simpatía) y competencias de acción compasiva psicosexual (imaginación, atención, sensación, conducta, sentimiento y razonamiento).

Aplicación clínica de la CFT a disfunciones sexuales comunes

Desde una perspectiva funcional de la evolución, los fundamentos teóricos, principios e intervenciones terapéuticas de la CFT permiten una formulación flexible y coherente de algunas dificultades sexuales comunes: bajo deseo sexual, dolor en las relaciones con penetración, eyaculación precoz y conducta sexual descontrolada. De este modo:

  • La interacción entre los tres sistemas emocionales-motivacionales de regulación del efecto (sistema de impulso, sistema de amenaza y sistema de calma-afiliación) permite comprender el modo en que se regulan el sexo y las emociones y formular las dificultades sexuales.
  • La interacción entre el cerebro antiguo y el cerebro nuevo posibilita describir la conexión de la teoría con los problemas prácticos;
  • El enfoque, formulación e intervención sobre la vergüenza y la autocrítica puede desempeñar un papel fundamental en personas que experimentan dificultades sexuales;
  • El aspecto social de la teoría permite clarificar la influencia que el entorno social ejerce en ambos cerebros, integrando de este modo el impacto que la evolución y las experiencias vitales específicas pueden tener sobre las disfunciones sexuales;
  • La construcción de una postura compasiva hacia las dificultades sexuales, a nivel de intervención, implica la formulación normalizadora y libre de vergüenza/culpa, asumiendo al mismo tiempo el compromiso de llevar a cabo acciones orientadas a solucionar la dificultad sexual.

Conclusiones

La CFT ofrece un marco teórico coherente que permite integrar la teoría e investigación de importantes áreas de sexología y psicología clínica (perspectiva comparada y de la evolución, teoría del apego, modelos de terapia cognitivo conductual y modelos sociales); mientras que, la consideración de las mentalidades sociales ofrece un modo de integrar la CFT con otros enfoques terapéuticos de naturaleza más social (enfoques sistémicos o de pareja) (Carr, 2014). Asimismo, el cultivo de una actitud autocompasiva ofrece una actitud genuinamente afirmativa en la terapia sexual. En este sentido, la CFT constituye un modelo terapéutico, transdiagnóstico y flexible que puede integrarse en el ámbito de la terapia psicosexual.

Desde una perspectiva funcional de la evolución, los fundamentos teóricos, principios e intervenciones terapéuticas de la CFT permiten una formulación flexible y coherente, y una intervención útil y adecuada para abordar las dificultades sexuales.

Sería conveniente que la investigación futura en Terapia Centrada en la Compasión incluyera problemas psicosexuales de grupos minoritarios y marginados, aspectos complejos sobre las experiencias de compasión (por ejemplo, dificultades o aversión hacia la compasión ante un estímulo o un profesional compasivo debido a problemas en la infancia); y medidas directas de compasión en relación con las dificultades sexuales.

Fuente:

Vosper, J., Irons, C., Mackenzie-White, K., Saunders, F., Lewis, R. y Gibson, S. (2021). Introducing compassion focused psychosexual therapy. Sexual and Relationship Therapy. https://doi.org/10.1080/14681994.2021.1902495.

Referencias :

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Ayling, K. y Ussher, 2J.M. (2008). If sex hurts, am I still a woman? The subjective experience of vulvodynia in heterosexual women? Archives of Sexual Behavior, 37(2), 294-304.

Depue, R.A. y Morrone-Strupinsky, J.V. (2005). A neurobehavioral model of affiliative bonding: Implications for conceptualizing a human trait of affiliation. The Behavioral and Brain Sciences, 28(3). Discussion 350-395. https://doi.org/10.1017/S0140525X05000063.

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